.Uno de los lugares más curiosos que encontramos en nuestro viaje por Myanmar lo pudimos ver en Pindaya. Un pequeño pueblo al norte de Kalaw conocido por la pagada-cueva de Shewe Oo Min. En realidad no es una cueva única, sino una sucesión de cuevas, en las que los fieles han ido depositando estatuas doradas de Buda a lo largo de los años, hasta el punto de haber ahora más de 8000 figuras de Buda de todos los tamaños. Desde algunas de varios metros de altura, hasta algunas de tan solo unos centímetros, ocupando cada rincón de las cuevas.
Pindaya por tanto es una excursión muy recomendable desde Kalaw, tanto por la cueva como por los bonitos paisajes agrícolas que verás de camino.
¿Cómo llegar a Pindaya?
Prácticamente la única forma de llegar a Pindaya es en coche. La última ciudad en la que puedes alquilar un taxi es Aungban (24 euros). Pero nosotros lo alquilamos en Kalaw (28 euros, todo el día desde las 8 a las 17h). Lo contratamos en Sam’s restaurant, el mismo con el que luego hicimos el trekking hasta el lago Inle.
La carretera hasta Pindaya es una maravilla. Campos de sésamo en flor dan el tono amarillo intenso, los tonos verdes los da el arroz de montaña y los campos recién arados aportan su color marrón rojizo intenso.
A finales de octubre los campesinos se afanan en recolectar sus coles…millones de coliflores. Por todas partes gente trabajando en el campo y carros de madera tirados por dos bueyes transportando la cosecha hasta los puntos de reunión, donde los cargarán en camiones para venderlos por el resto del país.
Tras 1,5 horas de carretera, con varias paradas para hacer fotos, llegamos a la entrada del área de Pindaya. Allí, en una caseta en medio de la carretera, tienes que pagar los 2 dólares de la entrada.
Que ver en Pindaya: la pagoda cueva de Shwe Oo Min
Sin duda las cuevas de Shwe Oo Min es el motivo por el que uno se desplaza hasta Pindaya. A la cueva se puede acceder caminando desde el pueblo o subir en coche hasta la entrada de la cueva.
Desde lejos la pagoda es bastante fea, sobre todo si tenemos en cuenta que han añadido un ascensor que te sube hasta la entrada.
Tras aparcar el coche se llega a la puerta de la pagoda, donde hay dos figuras enormes, una araña y un arquero, que parecen sacadas de Disney. Según la leyenda la araña sería un Nat (espíritu budista) que raptó a siete princesas que se habían refugiado en la cueva durante una tormenta. El arquero sería el príncipe que las liberó tras matar a la araña con su arco. Qué boniiitooo…
Desde esta entrada se puede subir a la cueva por las escaleras que hay a mano izquierda o gratis por el ascensor que está al lado. Tras subir llegas a una zona con cuatro puertas. La de las escaleras de subida, la del ascensor, una que se dirige por el pie de la montaña hasta una capilla con un Buda grande pero moderno y poco interesante y la cuarta puerta la de acceso a la cueva.
Una vez se accede a la cueva (tras pagar la entrada) te encuentras una gran cámara con muchas estatuas doradas de Buda. El camino te va dirigiendo por una sucesión de cámaras. Todas las cámaras son de distinto tamaño, algunas con estalactitas en el techo, pero todas repletas de figuras de Buda, la gran mayoría doradas y de diversos tamaños, desde unos pocos centímetros hasta varios metros. En total hay más de 8500 figuras de Buda que han sido donadas por los fieles en un continuo goteo a lo largo de los años.
La cueva nos gustó más de lo que esperábamos, ya que es mucho más grande de lo que imaginábamos. Conviene llevar una linterna, no para ver mejor ya que la cueva está iluminada, sino por si se va la luz como nos pasó a nosotros.
√ Consejo fotográfico: La luz para hacer fotografía es muy escasa y dado que tampoco puedes apoyarte en nada (es muy irrespetuoso apoyarte en una figura de Buda), tendrás que subir el ISO de la cámara aún a costa de aumentar el ruido.

Budas en la cueva de Pindaya

Cueva de Pindaya

Exterior de la cueva de Pindaya
Pindaya, qué ver el pueblo
Tras visitar la cueva y comer en un restaurante con vistas al templo, nos dimos un paseo por el pueblo. Aunque NO es imprescindible, lo cierto es que fue agradable.
El pueblo de Pindaya tiene un lago, un mercado pequeño con sus habituales puestos de fruta y un monasterio moderno con un montón de estupas doradas… ¡¡como les gustan los dorados en Myanmar!!

Templo en el pueblo de Pindaya
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