La Ruta de la Seda evoca imágenes de antiguas rutas comerciales, ciudades históricas y paisajes de lo más diverso. Durante siglos, esta red de caminos facilitó el intercambio entre Oriente y Occidente, permitiendo la fusión de culturas y el intercambio de mercancías, ideas, religiones y arte.
Como fotógrafos (aficionados) y viajeros apasionados, es imposible no sentirse atraído por la oportunidad de plasmar en imágenes la belleza de esta apasionante ruta. En este artículo te invitamos a descubrir la Ruta de la Seda a través de fotografías, y a apreciar la riqueza de este viaje.
Breve historia de la Ruta de la Seda
La Ruta de la Seda fue una antigua red de rutas comerciales que conectó Oriente y Occidente desde el siglo II aC hasta el siglo XIV dC. Su origen se remonta al interés de un emperador chino de la dinastía Han por establecer contacto con civilizaciones occidentales. La expansión del imperio de Alejandro Magno en Asia Central también contribuyó a la apertura de estas rutas.
La Ruta alcanzó su apogeo en la Edad Media facilitando el intercambio de seda, especias y metales preciosos. Su declive llegó debido al auge del comercio marítimo y los cambios políticos en la región, principalmente cuando el imperio bizantino cayó ante los turcos en 1453 y el imperio otomano cortó todos los lazos con Occidente.
Su nombre deriva de la importancia que tuvo el comercio de la seda en la antigüedad, ya que este apreciado producto venía desde China hasta Europa a través de esta ruta.
Viajando por la Ruta de la Seda
Los caminos de la Ruta de la Seda partían desde China, de la actual Xian y pasaban por destinos míticos como Mongolia, Samarcanda, Persia, Egipto o Constantinopla.
En nuestro caso, no hemos dedicado un solo viaje a esta ruta, sino que diferentes viajes nos han llevado a la histórica Xi’an, con su famoso ejército de Terracota, a las ciudades de Samarcanda, Bujará y Jiva, con su rica arquitectura. También hemos disfrutado de la majestuosidad de Isfahán, con sus deslumbrantes mezquitas y a la vibrante Estambul, punto de encuentro entre Oriente y Occidente.
Si tu también has capturado la esencia de este viaje en tus imágenes, el álbum de fotos de Cewe es una buena forma de guardar y compartir tus fotografías e incluso te puedes animar a participar en su concurso.
Cuatro destinos imprescindibles de la Ruta de la Seda en imágenes
1.- Xi’an, el legendario origen de la Ruta de la Seda
Desde aquí, caravanas cargadas de seda, té y porcelana partían hacia el oeste. Esta ciudad es un buen ejemplo de la fusión entre la cultura china y persa.
En la actualidad Xian es famosa entre los viajeros por los fascinantes guerreros de terracota. Pero en la ciudad hay otros muchos lugares de interés, como la muralla que rodea el casco antiguo, la gran mezquita y el barrio musulmán.

Escritura tradicional

Guerreros de terracota

Murallas de Xian
2.- Uzbekistán, el corazón de la Ruta de la Seda
Uzbekistán fue un importante centro de comercio en la Ruta de la Seda. Solo hay que visitar sus ciudades más emblemáticas (Samarcanda, Bujará y Jiva) para comprender el poder que tuvieron en un momento de su historia.
Hoy en día es imposible no rendirse ante la belleza de las mezquitas, las madrasas y los minaretes que llenan estas tres ciudades. La plaza del Registán es posiblemente uno de los lugares más grandiosos que hemos podido fotografiar nunca.

Jiva

Palacio Tosh Hovli en Jiva

Samarcanda

Bujara
3.- Isfahán, el alma de Irán
Irán es un país extraordinario y uno de los destinos que más nos han sorprendido a lo largo de nuestro periplo viajero.
Viajando por Irán, es imposible no enamorarse de Isfahán, de sus evocadoras mezquitas, de la plaza Naqsh-e Jahan, una de las más grandes del mundo y de sus bazares, un laberinto de tiendas que nos recuerdan la tradición comercial de esta ciudad por la que pasaba la Ruta de la Seda.

Especias en la Ruta de la Seda

Isfahan
4.- Estambul el final de la Ruta y puente entre Oriente y Occidente
Conocida como Constantinopla en la antigüedad, fue la capital de los imperios romano, bizantino y otomano. Era el punto final de la Ruta de la Seda antes de distribuir a Europa los productos que venían de Oriente.
Con esa historia detrás, imaginad la belleza de esta ciudad en la que se mezclan las culturas asiática y europea como en ninguna.
Un viaje a Estambul te va a permitir conocer uno de los monumentos más mágicos del mundo, la basílica-mezquita de Santa Sofía. Pero además, no te puedes perder la mezquita Azul, el palacio Topkapi, mercados como el Gran Bazar y el bazar de las Especias, navegar por el Bósforo, y las vistas desde la torre Gálata.

Estambul

Mezquita Ortakoy

Palacio Topkapi en Estambul

Mezquita de Santa Sofía

Mezquita en Estambul