Suiza es el paraíso para los amantes del buen chocolate. En cualquier ciudad podrás encontrar tiendas dedicadas a esta delicia a la que es imposible resistirse. Confiterías como Sprungli (nuestra favorita durante el viaje por Suiza), Villars o Bachmann elaboran bombones y chocolates que se encuentran entre los mejores del mundo.
El chocolate fue traído a Europa por el español Hernán Cortés desde las lejanas tierras de América. En España se tomaba como una bebida dulce, pero fue en Suiza donde se empezó a elaborar el chocolate en tabletas tal y como lo conocemos en la actualidad. Nombres como Nestle, Cailler, Suchard, Lindt o Tobler evocan en todos nosotros el sabor del chocolate en todas sus formas.
Breve historia de la fábrica de chocolate Nestle Cailler
Corría el año 1819 cuando Louis Cailler funda la primera fábrica de chocolate suizo en la localidad de Vevey. Además de ser pionero en este sentido, el señor Cailler automatizó la producción de chocolate con lo que los precios podían ser más competitivos y así el chocolate podía llegar a más gente.
En el año 1925 abre una segunda fábrica que más tarde pasaría a manos de Daniel Peter, otro maestro chocolatero que en el año 1875 tendría la idea de mezclar el chocolate con la leche dando forma a lo que hoy en día es la manera más común de consumir tan delicioso alimento.
En el año 1929 la casa Cailler se asocia con el grupo Nestlé formando así la empresa que en la actualidad todavía sigue elaborando los mismos chocolates que hace más de un siglo.
Visita a la fábrica Maison Cailler
Situada en el pueblo de Broc, a pocos kilómetros de la pintoresca población de Gruyères, la actual Maison Cailler es un enorme y moderno edificio que sustituyó a la antigua fábrica construida en 1888.
La visita al museo del chocolate empieza pasando por «caja», hay que pagar una entrada que incluye un audio-guía. El precio, caro, como todo en Suiza. Allí te asignan la hora en la que tienes que estar en el punto de encuentro de las visitas en grupo. En ese lugar te entregan el audio-guía en el idioma que prefieras y comienza la visita que consta de tres partes:
– Primera parte
Dura unos 20 minutos, se van recorriendo una serie de salas que mediante sencillas recreaciones de sonido, luces y maquetas te cuentan la historia del chocolate desde los aztecas hasta nuestros días.
Todo el grupo va junto y hay que ir pasando de sala en sala según lo indica la audio-guía. No son recreaciones espectaculares, pero si son divertidas y con cierto aire retro.
– Segunda parte
Este recorrido es más independiente. Puedes escuchar toda la información que quieras y a tu ritmo acercando la audio-guía a los distintos puntos que hay en el recorrido. Las notas sobre como se elabora el delicioso chocolate son cortas pero muy interesantes.
Además podrás tocar, oler o saborear los granos de chocolate, o las almendras con las que se elaboran algunas especialidades Cailler.
Tambien podréis ver la cadena de fabricación de uno de los productos más vendidos por Cailler, unas barritas de praliné que podrás degustar al final del proceso.
Al final de este recorrido se puede ver una parte de la antigua fábrica, en desuso y que está vacía. Eso fue lo que más nos decepcionó, ya que pensabamos que sería posible ver la producción del chocolate aunque fuera de lejos.
– Tercera parte
Antes de llegar a la sala de degustación os encontrareis un largo pasillo al principio del cual podeis tomar una chocolatina… pero ¡¡¡ No os la metais directamente a la boca !!!. Haced caso de las instrucciones de la audioguía y aprended a degustar un trozo de chocolate.
Primero hay que disfrutar del olor del chocolate, un aroma único que seguro te traerá recuerdos de la infancia o de momentos especiales. Luego toca escuchar el crujir del chocolate, que es completamente distinto dependiendo de la temperatura o del grosor que tenga el pedazo de cacao que vas a degustar. Y por último hay que morder un trocito y metérselo en la boca, dejar que se deshaga poco a poco, sin masticarlo, así es como se aprecian todos los sabores de un buen chocolate.
Y con el sabor, el olor y el sonido de este trocito de placer todavía llenando tus sentidos… llegarás a la última parte de la visita, una sala donde probar todos los chocolates que fabrica Cailler Nestlé. ¡Acabarás empachado de tanto chocolate si los pruebas todos!
Antes de abandonar el museo-fábrica de chocolate podréis comprar los productos Cailler a mejor precio que en las tiendas del país, ¡aprovechad allí para hacer las compras de chocolate!
Cómo llegar a la fábrica de chocolate Nestle-Cailler
Si viajais por libre por Suiza, la mejor manera de llegar hasta Maison Cailler es en coche.
Maison Cailler está en las afueras del pueblo de Broc, muy cerca de Gruyeres. Si os acercais al pintoresco pueblo del famoso queso Gruyere (muy recomendable la visita) solo tardareis unos minutos en llegar a la fábrica. Una vez en Broc, solo hay que seguir las indicaciones hacia el museo del chocolate.
La fábrica dispone de un amplio parking, ¡¡¡ gratuito !!! aunque parezca mentira en Suiza. Así no tendreis prisa por hacer la visita ni tendreis que estar pendientes del ticket del parking.
Si no teneis coche y estais en Lausana, podeis reservar una visita a Gruyeres que incluye la entrada a la fábrica Maison Cailler.
Tren del chocolate
Si quereis una experiencia diferente, puedes disfrutar del llamado Tren del chocolate. Un viaje desde Montreux, en un tren de época y en vagón de primera clase. El billete incluye el recorrido ida y vuelta, el desayuno y visitas a Gruyeres, a las queserías de la zona y a la fábrica-museo Maison Cailler. Zarpa de Montreux temprano por la mañana, dura un total de 9 horas, y opera de mayo a mediados de octubre.