Nuestra ruta por el norte y centro de Portugal comienza en Braganza. Esta pequeña ciudad aún conserva gran parte de la muralla que la rodeaba en época medieval y un centro histórico no muy grande que puede recorrerse fácilmente a pie como mucho en una o dos horas. En esta entrada os contamos que ver en Braganza y que ruta puedes seguir para no perderte nada de esta agradable ciudad portuguesa.
Más información en nuestra guía de viaje a Portugal
Ruta a pie por Braganza
Braganza está rodeada por una muralla construida en el siglo XV. Para acceder al centro histórico intramuros, hay que atravesar alguna de las dos puertas que se conservan, la Puerta del Sol al este y la Puerta de la Villa en el lado opuesto. Para hacer el recorrido a pie por el centro, accedemos en coche al interior de las murallas y aparcamos en un parking gratuito al lado del castillo.
1. Castillo de Braganza
Este castillo, construido en el siglo XIV, es posiblemente el lugar más emblemático que podemos ver en Braganza. A pesar de los siglos, aún se mantiene en pie la torre del Homenaje de 33 metros de altura. En la actualidad se ha instalado en su interior un museo militar por lo que la entrada al castillo no es gratuita. A nuestra llegada al mediodía, el castillo está cerrado por lo que continuamos nuestro recorrido.
Si quieres visitarlo, abre de 9 a 12 y de 14 a 17h.
2. Iglesia de Santa María
Frente al castillo encontramos la Iglesia de Santa María, que por desgracia también encontramos cerrada. Nos quedamos con las ganas de visitar el interior de esta iglesia que según hemos leído conserva una curiosa pintura al fresco en el techo. Aunque la iglesia comenzó a construirse en el siglo XIV, sufrió muchos cambios a lo largo de los siglos posteriores. Una muestra de ello es el magnífico pórtico barroco con columnas de piedra que contrastan con la blanca fachada. Bordeamos la iglesia para visitar un edificio enigmático y muy singular.
3. Domus Municipalis
Este edificio rectangular, hecho de piedra y con ventanas de medio punto en su parte alta, data del siglo XII y no se sabe a ciencia cierta para qué fue construido. Hay teorías para todos los gustos, desde su uso como cisterna para recoger agua de lluvia, hasta el haber sido el consistorio de la localidad y por tanto el más antiguo de Portugal. Su nombre que significa «casa municipal» se debe a un uso posterior, bien documentado, como ayuntamiento de Braganza. Accedemos al interior que está muy bien conservado a pesar de los siglos que carga a sus espaldas.
4. Iglesia de San Vicente
Abandonamos la explanada del castillo y nos dirigimos al centro de la ciudad cruzando la Puerta de la Villa. Descendemos por la empinada Rua Serpa Pinto y nos topamos con una sorpresa, la iglesia de San Vicente.
El exterior de este templo es sencillo, a excepción del pórtico renacentista que hay en uno de los laterales. Pero esta sencillez esconde un secreto en su interior. Cuenta la leyenda que en esta iglesia se casaron en secreto en 1345 el rey Pedro I de Portugal y su amante Inés de Castro. Si no conoces la historia de estos amantes, te recomendamos que leas nuestra entrada sobre las hermosas tumbas de piedra que se pueden ver en el Monasterio de Alcobaça.
Seguimos bajando hasta la plaza de la catedral, una animada plaza donde se encuentra la vieja catedral de Braganza.
5. Iglesia de San Juan Bautista, la antigua catedral de Braganza
La iglesia de San Juan Bautista, data del siglo XVI y estaba destinada a ser un convento. Sin embargo se convirtió en la catedral o Sé de Braganza desde su consagración a mediados del siglo XVIII hasta la construcción de la «Nueva catedral de Braganza» en el año 2001.
Terminamos la visita por Braganza regresando hacia el castillo. Nos espera nuestro siguiente destino, la bellísima ciudad de Guimarães.