Santarem es nuestra última parada en el viaje de 10 días que nos ha llevado por el norte y centro de Portugal. Una ruta repleta de ciudades y pueblos de gran belleza, monasterios declarados patrimonio de la humanidad y una costa salvaje azotada por el Oceáno Atlántico. En este artículo te invitamos a descubrir qué ver en Santarem y la ruta a pie que puedes seguir para no perderte nada de esta bonita ciudad portuguesa.
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Santarem, capital del gótico portugués
El nombre de Santarem, tan sonoro, proviene de un milagro acaecido en tiempos visigodos y que tuvo como protagonista a una santa mártir llamada Iria o Eirene.
En muchos sitios leerás que Santarem es la capital del gótico portugués. Y la verdad es que la ciudad cuenta con algunas de las mejores muestras de templos góticos de Portugal. Durante la Edad Media esta ciudad tuvo gran importancia pero poco a poco fue perdiéndola a favor de Lisboa, que tenía la ventaja de estar en la costa.
Su centro histórico, con numerosas iglesias construidas entre los siglos XIII y XIV es relativamente pequeño y puede recorrerse a pie en una mañana.
Recorrido a pie por el centro de Santarem
Vamos a comenzar nuestra ruta en la parte alta de Santarem, desde la que se divisan unas magníficas vistas del entorno.
1. Jardín y mirador Portas do sol
En este agradable jardín permanecen en pie los pocos restos de la muralla medieval que rodeaba la ciudadela de Santarem. Hoy el jardín sirve tanto de mirador sobre el río Tajo y los campos que rodean la ciudad como de lugar de reunión para los lugareños.
Dejamos atrás el Jardín del Sol y tomamos la calle que hay justo enfrente que nos lleva hasta la torre das cabacas.
2. Torre del reloj o torre de las calabazas
Todo un símbolo de la ciudad. Esta torre conocida como Torre de Cabacas o de las Calabazas fue construida en el siglo XV sobre los restos de otra torre que formaba parte de la muralla defensiva de Santarem. Un siglo después se convirtió en la torre del reloj . Su nombre proviene de las 8 piezas de cerámica en forma de calabazas que hay al lado de las campanas y que ayudan a mejorar la resonancia de éstas.
La torre está muy cerca de dos de las las iglesias más importantes que podemos ver en Santarem.
3. Iglesia de Nuestra Señora de Gracia
Esta iglesia es singular porque se accede al interior desde la parte alta de la calle y una vez en el interior hay que descender unas escaleras. No es habitual encontrar edificios religiosos de estas características.
Construida a principios del siglo XIV en estilo gótico, sorprende por su tamaño y por el gran rosetón que se alza en la fachada. Pero si su exterior es interesante, su interior lo es aún más, ya que en él están ubicadas algunas tumbas de gran belleza.
Sin llegar a tener la delicadeza de las tumbas que pudimos ver en el monasterio gótico de Alcobaca o en la capilla de los fundadores del Monasterio de Batalha, las losas sepulcrales de esta iglesia de Santarem son dignas de admirar con calma. Una de estas tumbas pertenece al descubridor de Brasil y otra al primer gobernador de Ceuta, que era miembro de una importante familia de Santarem, la familia Menezes.
Muy cerca se encuentra la siguiente iglesia de Santarem que vamos a visitar hoy.
4. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Marvila
Lo más llamativo de esta iglesia es su fachada de estilo manuelino y el interior, todo recubierto de azulejos.
Poco queda del gótico original de esta iglesia ya que fue completamente remodelada en el siglo XVI por orden del rey Manuel I. De esa época destaca el portal de la fachada, en estilo claramente manuelino, ese estilo tan propio de Portugal. En la puerta podemos ver los típicos motivos vegetales que le confieren gran belleza y elegancia.
Traspasamos la puerta y al entrar nos sorprende la decoración de azulejos que data del siglo XVII. De alguna manera nos recuerda a las mezquitas que hemos podido ver en algunos de nuestros viajes.
Al salir de la iglesia tomamos una de las estrechas calles que conducen hacia la plaza de la catedral, la rua Serpa Pinto.
5. Catedral de Nuestra Señora de la Concepción
Dejamos el gótico para adentrarnos en otros estilos más tardíos. Este templo fue construido en el siglo XVII y destaca por dos cosas, por su imponente fachada y su hermoso interior barroco. No siempre ha sido una catedral, ya que no se le concedió este título hasta 1975.
Lo que más nos sorprende al entrar en la Sé o Catedral son los bellos techos pintados. Aunque el barroco a veces peca de exceso, en este caso el interior es muy armónico y elegante.
Tras dar una vuelta por la plazoleta que hay frente a la catedral, vamos hacia la parte trasera de dicha catedral y tomamos la calle principal, rua 31 de janeiro.
6. Convento de San Francisco
Este edificio, o mejor dicho las ruinas que quedan de él, tiene una larga historia. Fue construido en 1242 pero ha sufrido muchas vicisitudes a lo largo de los años. El terremoto de Lisboa de 1755 también hizo mella en este bello templo gótico. A partir del siglo XIX comenzó su verdadero deterioro al ser abandonado por los monjes. Por si no fuera suficiente, un incendio destruyó parte de lo que quedaba en pie a mediados del siglo XX. Afortunadamente en los últimos años se ha restaurado en parte y se puede visitar lo que queda del claustro y del templo. Además, la entrada es gratuita.
Un poco más adelante del convento se encuentra otra de las iglesias góticas de Santarem.
7. Iglesia de Santa Clara
Esta iglesia, construida en el siglo XIII, destaca entre las demás por su gran tamaño y su sencillez, tanto interior como exterior. De hecho, a nosotros nos parece el templo menos interesante de nuestra visita, quizás porque es muy austero por dentro.
8. Mercado Municipal
Volvemos sobre nuestros pasos. Nuestra intención es visitar el mercado municipal, pero por desgracia está en obras y cubierto, por lo que no podemos verlo por fuera ni por dentro. Una pena porque hemos leído que tiene un mural de azulejos muy interesante.
Y aquí termina nuestro ruta a pie por lo mejor que ver en Santarem. Pero aún nos queda algo que hacer en la ciudad, buscar alguna de las deliciosos pastelerías que hay a lo largo y ancho de Portugal para disfrutar de alguno de sus dulces típicos. Porque viajar no es solo ver iglesias y monumentos…
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