Si el viaje para ir a Ladakh y su capital Leh había sido una aventura de tres días en todoterreno, llegar al valle de Nubra, a 150 kilómetros de Leh, fue adentrarse en lo más recóndito del norte de la India. Un valle escondido en el Himalaya al que se accede tras atravesar el puerto de montaña Khardung-la, el más alto del mundo con sus 5602 metros.

Tras gestionar con una agencia local india el imprescindible permiso especial para visitar el valle de Nubra, contratamos en Leh al conductor que en su viejo 4×4 nos llevaría al valle. No había coches nuevos en Leh y no hizo falta ninguna agencia, tan solo hablar con uno de los taxistas de Leh y acordar nuestro viaje de 3 días con el siguiente itinerario. El día 1 de Leh a Sumur, el día 2 de Sumur a Diskit y el día 3 regreso de Diskit a Leh.

Comienza nuestra aventura…

El viejo todoterreno nos recogió en nuestro hotel. Poco a poco comenzamos a subir mientras la carretera serpentea en dirección al puerto de Khardung-la con sus 5602 metros. Fue en ese ascenso cuando el sol, que hasta entonces nos había acompañado en Ladakh, decidió desaparecer. Pero no solo el sol nos dijo adiós. En su lugar los copos de nieve comenzaron a caer, mientras nosotros estupefactos limpiábamos el vaho de los cristales del coche. Fuera todo se había transformado en un manto blanco. Nuestro conductor, tranquilo y confiado, seguía por la carretera, en la que hubiéramos agradecido algún quitamiedos que nos separase del precipicio que había a un lado. El minúsculo limpiaparabrisas, con un chirriante ruido metálico, giraba rítmicamente y retiraba la nieve de una diminuta parte del cristal del conductor. Nosotros solo veíamos blanco por todas partes y yo no cesaba de decir “come back to Leh”, en un intento por regresar a la seguridad de Leh. El conductor nos miraba y no paraba de reírse. Para él esa climatología era buena, si tenemos en cuenta que transportaba mercancía entre Leh y el valle de Nubra la mayor parte del año. Así que seguimos y en cuanto comenzamos a bajar, la cosa mejoró, la nieve desapareció y ya no volveríamos a verla caer durante el resto de viaje. Incluso cuando regresamos días más tarde hacia Leh, de nuevo por el puerto de Khardung-La, el sol nos permitió en esta ocasión disfrutar de las bonitas vistas de la zona. Fue como si al valle de Nubra no le gustase que fuésemos hasta allí, aunque podría haber sido peor y haber sufrido mal de altura.

Paso Khardung-la a 5359 metros altitud

Paso Khardung-la a 5359 metros altitud

Valle de Nubra Ladakh

Valle de Nubra Ladakh

El paisaje de Nubra es sorprendente, con un enorme valle de extenso fondo plano, con campos de cultivo, chopos y todo rodeado de elevados picos montañosos. Tan solo un puñado de pequeños pueblos aportan la infraestructura básica imprescindible para el viajero. Así visitamos los pueblos de Sumur, Panamik, Hundar y Diskit, en la ruta clásica por el valle de Nubra.

Primer día en Nubra

En primer día de viaje, fuimos de Leh a Sumur, haciendo una breve parada en el pueblo de Panamik que tiene una zona de aguas termales muy cutres, pero la verdad es que no se puede pedir más en pleno Himalaya. Luego, ya en Sumur, visitamos el gompa de Sumur con sus diversas salas de oración y su exterior en los típicos colores blanco y rojo, todo él coronado por un tejado dorado.

Valle de Nubra Ladakh

Segundo día en Nubra

El segundo día de viaje fuimos de Sumur a Diskit, donde dormimos. Por el camino paramos en el pueblo de Hundar (o Hunder según donde lo encuentres) y en su pequeño gompa. Pero lo sorprendente de esta parte del viaje fue encontrarnos con las dunas de fina arena que hay entre Hundar y Diskit. No es un paisaje de infinito desierto arenoso, ni mucho menos, pero produce un curioso contraste con las cumbres nevadas de alrededor.

Dunas de arena Valle de Nubra Ladakh

Dunas de arena

Ya en el pueblo Diskit, en lo alto de una montaña, vemos el bonito gompa de Diskit. Nos acercamos paseando por un camino de dos kilómetros lleno de chortens y muros mani, con miles de piedras talladas y depositadas allí por los fieles. Mientras las banderas de oración ondean al viento. Accedemos al monasterio por la parte de abajo, por la zona en la que están las celdas o habitaciones de lo monjes budistas. Ya en la zona principal del gompa los monjes nos acompañan y nos muestran dos salas. Una es muy tétrica, llena de figuras monstruosas (demonios budistas). La otra está llena de libros antiguos. Sin duda el gompa ha merecido la pena.

Tercer día en Nubra

El tercer día ya fue de regreso de Diskit a Leh y afortunadamente con un sol radiante y sin sobresaltos meteorológicos.

Gompa de Diskit nubra

Gompa de Diskit

Valle de Nubra Ladakh

Valle de Nubra

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