Viajamos hasta el pequeño pueblo pesquero de El Cotillo, en el extremo noroeste de Fuerteventura, en las Islas Canarias. Queremos ir a ver las playas blancas ubicadas al norte del pueblo, próximas al faro del Tostón, pero también las playas doradas que se extienden hacia el sur. Sin duda un plan perfecto para pasar un día, siempre que el viento nos respete.
El Cotillo
El Cotillo es una pequeña población de poco más de 1000 habitantes. Llegar hasta el pueblo es fácil ya que llega una buena carretera asfaltada. Sin embargo para ir a las playas tendremos que conducir por pistas de tierra, aunque son fáciles y accesibles para cualquier tipo de vehículo.
El pueblo de El Cotillo es más tranquilo que Corralejo pero también tiene menos oferta hotelera. Ese fue el motivo por el que decidimos alojarnos en Corralejo. Si viajas en coche todo está muy cerca, por ejemplo de Corralejo a El Cotillo solo hay 20 kilómetros.
Qué ver al norte de El Cotillo: playas y faro del Tostón
— Antes de llegar al faro
Salimos hacia el norte de El Cotillo en dirección al faro el Tostón. La carretera está asfaltada hasta el mismo faro, pero antes de llegar hay varias playas y calas a nuestra izquierda. Las ubicamos fácilmente porque siempre hay alguna caravana aparcada en las proximidades.
La playa de la Concha es la más conocida de las playas de esta zona de Fuerteventura. Es accesible por carretera asfaltada, hay aparcamiento y no falta un kiosco en el que tomar un refrigerio. Todo ello hace que sea una playa muy familiar y bastante llena de gente. Demasiado saturada para nuestro gusto.
— Faro del Tostón
Unos pocos metros antes de llegar al faro del Tostón, encontramos a la derecha una zona con pequeñas dunas de arena blanca, salpicada por algunas plantas que sobreviven en este árido paisaje. Sin duda un buen lugar en el que parar a hacer unas fotos.
Continuamos y aparcamos a los pies del faro del Tostón. Este faro, que ilumina el estrecho de la Bocaina que separa las Islas Canarias de Fuerteventura y Lanzarote, fue inaugurado en 1897. Entonces solo tenía una altura de 6,5 metros, que posteriormente se incrementó hasta los 37 metros actuales, además de cambiar la luminaria por una mucho más potente.
Damos un paseo por los alrededores del faro, por donde según indican los carteles hay restos fósiles. No vemos ninguno, aunque seguro que estaban junto a nosotros.
— Playas al este del faro del Tostón
Retrocedemos unos metros por la carretera asfaltada hasta encontrar una pista de tierra que sale a mano izquierda. Es una pista fácil, siempre que conduzcas despacio y con cuidado.
La pista nos acerca hasta algunas playas de arena blanca entre piedra volcánica y agua trasparente. La Caleta del Marrajo, la playa de los Charcos que con la bajamar forma una gran charca, o la playa del Charcón. Da igual como se llamen, todo es una sucesión de playas ubicadas en un bonito entorno con el faro del Toston vigilante al fondo.
Si continuásemos la pista nos llevaría por la costa norte de Fuerteventura hasta Corralejo, pasando por Majanicho y la playa de las palomitas, pero esa zona la veremos otro día.
Qué hacer al sur de El Cotillo
Hemos regresado a El Cotillo para comer y tomar café. Luego nos dirigimos hacia el extremo sur del pueblo hasta el castillo de El Cotillo. Es una pequeña estructura de planta circular, de más de tres siglos de antigüedad, que servía para alojar tres cañones que defendían la costa. Hoy este minúsculo castillo llama poco la atención, pero su ubicación ofrece una vista fantástica de las playas cercanas.
Ahí, a los pies del acantilado encontramos una sucesión de playas. Playa del Castillo, playa del Aljibe de la Cueva y Piedra Playa…da igual como se llamen. Es más, a veces nos es difícil saber donde termina una y empieza otra. Lo que realmente encontramos es una gran extensión de arena dorada a los pies de un acantilado y decenas de personas haciendo kite surf, y es que el viento esta tarde es considerable.
Para ir a la playa, tomamos la pista de tierra que sale cerca del castillo y va paralela a la playa. Aparcamos en uno de los muchos aparcamientos que hay, estratégicamente ubicados en los pasos que bajan a la playa. Paseamos un rato, porque intentar plantar la sombrilla o la toalla es misión imposible con el viento que se ha levantado y que es tan habitual en Fuerteventura.
Esperamos para ver el atardecer con sus colores naranja. Sin embargo los colores son menos intensos que los que vimos durante el día. No sabría con que momento quedarme, así que te recomiendo que vayas en ambos y decidas cual prefieres.