Teherán, la capital de Irán, es la puerta de entrada para muchos viajeros que comienzan o terminan aquí su periplo por tierras persas. Ese fue nuestro caso, el viaje por Irán acababa en Teherán, de donde salía nuestro vuelo de vuelta a casa. Solo disponíamos de una tarde y la mañana del día siguiente para ver lo más interesante de Teherán, como el Palacio Golestán, el bazar y el curioso museo del tesoro nacional de joyas ubicado en el interior de la caja fuerte de un banco.
Ese día que usamos para visitar Teherán fue tiempo suficiente. No nos pareció una ciudad agradable en la que apetezca pasear. Hay tanta contaminación y el tráfico es tan infernal que andar por algunas zonas de Teherán se torna casi imposible. Además las distancias en esta ciudad son muy grandes y hay que moverse en taxi para acceder a casi cualquier punto de interés. Y omo ya os hemos contado en otros artículos de nuestro viaje a Irán, montarse en un taxi puede considerarse deporte de alto riesgo.
Qué ver en Teherán en un día
Elegimos 3 lugares para visitar de entre los que ofrece la capital iraní:
1.- Palacio de Golestán
Declarado patrimonio mundial por la Unesco en 2013, este conjunto de palacios y jardines empezó a construirse en el siglo XVI y fue completado durante la dinastía Kajar. Durante la época de reinado de los Pahlevi, el palacio se usó para recepciones oficiales, no como residencia real. Uno de los acontecimientos más importantes de esa época celebrados en Golestán fue la coronación del rey Mohammad Reza Pahleví en 1941. Después de la revolución islámica de 1979, el palacio se convirtió en museo.
Llegamos a la entrada del complejo y nos encontramos con la sorpresa de los precios de las entradas. Para visitar el palacio hay que comprar una entrada general y otras entradas independientes para cada uno de los recintos y palacios (galería de pinturas, palacio y sala de los espejos, torre del viento…). Si quieres verlos todos, el precio es muy caro, por lo que hay que elegir en función de lo que te parezca más interesante.
Nosotros nos decidimos por visitar el Main Hall, donde se encuentra el famoso salón de los espejos. Una decisión acertada ya que el palacio y sobre todo el salón repleto de espejos son sorprendentes. Otro de los lugares más bellos del complejo es el rincón de Karin Jan, y el impresionante trono de mármol.
Paseando por los jardines del palacio de Golestán, uno puede olvidarse del infernal tráfico que hay justo fuera de sus muros.
2.- Bazar de Teherán
El bazar de Teherán es el último que visitamos durante nuestro viaje a Irán. Hemos visitado tantos y tan hermosos bazares, que el de Teherán nos decepciona bastante. Es cierto que es un entramado de callejuelas estrechas que parecen un laberinto, pero el techado de uralita y el aspecto oscuro del bazar no se parece en nada a bazares tan increíbles como el de Tabriz, Isfahan o Kashan.
Recorremos los pasillos, cada uno dedicado a un tipo de producto concreto. Buscamos la zona dedicada a las alfombras que según hemos leído es una de las más interesantes del bazar. Pero no encontramos nada destacable entre las tiendas de alfombras, y abandonamos el bazar por la puerta que se encuentran justo frente al palacio de Golestán.
Nos quedan unas horas antes de que anochezca. Nos acercamos a la gran plaza del Iman Khomeini, pero es tan complicado cruzar una simple calle, tan difícil caminar entre el trafico infernal y se hace tan desagradable respirar el aire contaminado que desistimos de pasear y cogemos un taxi de vuelta al hotel.
3.- Tesoro Nacional de joyas
¿Os imagináis entrar en la inmensa caja fuerte de un banco?. Pues allí es donde entraréis si tenéis la suerte de visitar el museo nacional de joyas ubicado en el Banco Central de Irán y que es una de las mejores colecciones de joyas del mundo expuestas al público.
Nos recomendaron este museo que en principio no entraba en nuestros planes. Nos alegramos de haber hecho caso a una española con la que coincidimos en varios lugares durante nuestro recorrido por Irán. El museo tiene una exposición increíble de joyas y además resulta muy curioso por el emplazamiento del mismo.
El horario del museo es bastante restringido, hay que recordar que se trata de un banco. Solo abren de 14 a 16:30 y de sábado a martes. Hay que intentar llegar un poco antes de la hora de apertura si no se quiere esperar una larga cola. A pesar de ello, es inevitable esperar ya que hay que pasar varios controles y solo pueden permanecer dentro de la cámara acorazada un reducido número de personas. Para acceder al hall del banco hay que pasar un control en la puerta. Una vez dentro del banco, se llega a la zona donde se compran las entradas. Allí hay una consigna donde hay que dejar todo, absolutamente todo lo que se lleve encima, mochilas, cámaras de fotos, móviles, etc.
Después se pasa un nuevo control y se espera otra cola para acceder a la cámara acorazada que se encuentra en el sótano del recinto. Una vez abajo, es inevitable quedarse con la boca abierta al ver el grosor de la puerta de la cámara acorazada donde se encuentran expuestas las joyas, una puerta blindada de acero de un metro de espesor.
Entramos en la gigantesca caja fuerte y nos encontramos con una exposición impresionante de joyas, piedras preciosas, coronas reales, objetos hechos en oro y piedras que relucen en la tenue iluminación del museo. Hay bastante gente, pero vamos recorriendo en orden las distintas vitrinas sorprendidos por la riqueza y la espectacularidad de las piezas. Los vigilantes nos recuerdan constantemente que no se pueden tocar las vitrinas, ni siquiera acercarse demasiado a ellas.
Algunas de las piezas más destacadas del museo son el diamante de color rosa más grande del mundo, la corona de Reza Pahlevi, una bola del mundo realizado en oro y piedras preciosas hace más de un siglo, el trono del pavo real de oro y piedras preciosas, o una espada realizada con 1800 diamantes. Todas estas piezas tienen un valor incalculable.
Asombrados ante tanta belleza, abandonamos el museo y nos despedimos de la bulliciosa ciudad de Teherán y de Irán. Un país que nos ha enamorado y sorprendido a partes iguales.
¡¡Hermososa ciudad!!