El lago Van es el lago más grande de Turquía. Está situado al sureste del país y es un lugar poco frecuentado por los turistas extranjeros a pesar de su gran belleza. Pero nosotros decidimos incluir esta zona en nuestro viaje en coche por Turquía, por dos razones. Una para visitar la impresionante iglesia armenia de Akdamar y otra para ver el cementerio musulmán de Ahlat, uno de los mayores cementerios musulmanes medievales del mundo. Dos lugares imprescindibles si viajas por el hermoso lago Van.
Dónde está el cementerio de Ahlat
Este cementerio selyúcida está ubicado en ciudad de Ahlat, en la orilla este del lago Van. Para llegar hasta él si estás viajando por la orilla sur y vienes de la isla de Akdamar, tienes que conducir hasta la bifurcación que conduce a la ciudad de Bitlis, girar a la derecha y bordear el lago durante 40 kilómetros.
La entrada al cementerio no está bien indicada, pero te dejamos las coordenadas GPS (38°44’26.6″N 42°27’32.6″E) y la localización en GoogleMaps para que no tengas problemas en encontrarlo. Ten en cuenta que no es un lugar muy turístico y no hay muchas indicaciones.
Historia del cementerio de Ahlat (Ahlat Seljuk square cemetery)
Ahlat ha sido durante siglos un lugar muy poblado al encontrarse al lado de un recurso hídrico tan importante como el lago Van. Ahlat ha estado gobernado por muchos pueblos y culturas, desde bizantinos hasta mongoles, árabes y otomanos. De hecho era una de las tres ciudades más grandes de la zona en la Edad Media. Pero poco queda de esa grandeza ya que apenas nadie hoy en día conoce esta zona ni la visita.
Entonces, ¿por qué incluir Ahlat en un viaje por Turquía?. Pues porque aquí se encuentra uno de los cementerios más fascinantes que hemos visto nunca. Un lugar de enterramiento que tiene 9000 lápidas magníficas que datan del siglo XII al XVI, perfectamente conservadas y de una belleza indiscutible. Las tumbas están dispersas en una superficie de 210.000 metros cuadrados.
El cementerio de Ahlat fue propuesto como bien cultural Patrimonio de la Humanidad en el año 2000 pero de momento no ha sido incluido en la lista de la Unesco.
Visitar el cementerio de Ahlat en el lago Van
La entrada al cementerio es gratuita. Nada más traspasar la puerta vemos cientos de altas lápidas de piedra perfectamente alineadas y senderos de madera que recorren una área muy grande. Nos quedamos sorprendidos porque no sabíamos bien que íbamos a encontrar antes de llegar hasta aquí. Hay poca información en internet, por lo que la visita al cementerio de Ahlat es para nosotros una grata sorpresa.
El paseo entre las lápidas es muy tranquilo, apenas hay nadie y la luz del atardecer da al paisaje un aspecto mágico, parece mentira que estemos en un cementerio. Las lápidas están hechas de piedra de toba de colores anaranjados principalmente. Por eso, el sol al iluminar las lápidas les confiere un color espectacular.
Recorremos las pasarelas de madera deteniéndonos en algunas de las lápidas más impresionantes. En ellas se detalla el nombre del fallecido y a qué se dedicaba (hay carteles informativos en inglés en las tumbas más importantes). Algunas tablas de piedra son bellísimas, con labrados magistralmente realizados, con letras en árabe, versos del Corán y motivos geométricos que no sabemos qué significan pero que no dejan de sorprendernos por su belleza.
En el cementerio de Ahlat podemos ver lápidas de una altura impresionante, pudiendo llegar a medir 3 metros. En un lado de la lápida está también escrito el nombre del artista que la hizo.
Estamos en Ahlat hasta que se pone el sol porque estamos fascinados por la tranquilidad que se respira por los senderos y las pasarelas que recorren todo el cementerio. Satisfechos de haber venido hasta este remoto lugar de Turquía, nos marchamos hacia nuestro siguiente destino en la ruta, la ciudad de Mardín.