Al organizar nuestro viaje por Corea del Sur pudimos comprobar que en el país había decenas de templos budistas situados muchos de ellos en entornos magníficos. Templos en medio de espesos bosques y otros situados en hermosos parques nacionales. El templo Ssanggyesa es uno de ellos, situado en el Parque Nacional de Jirisan y rodeado de bosques.
Parque Nacional de Jirisan
Jirisan fue el primer parque nacional de Corea. Designado como tal en el año 1967, a él le han seguido muchos más. Es normal que un país, en el que el 70% del territorio es bosque, tenga tantos parques nacionales y áreas protegidas.
Pero nuestro destino dentro del parque nacional es el templo Ssanggyesa. Una estrecha carretera bordeada de casas y pequeñas plantaciones de té nos conduce al templo.
√ Dirección del templo: 59 Ssanggyesa-gil, Hwagae-myeon, Hadong-gun, Gyeongsangnam-do, Corea del Sur. Aquí puedes ver templo Ssanggyesa en Google Maps
Templo Ssanggyesa
El origen del templo Ssanggyesa es muy antiguo, cuando en esta zona de Corea reinaba la dinastía silla. Pero, como en todos los templos coreanos, es poco lo que queda de aquella época. Incendios, guerras y expoliaciones han dejado pocos vestigios antiguos.
Aún así, la visita a estos templos ubicados en las montañas es una de las mejores experiencias de un viaje por Corea. Este templo es especialmente hermoso durante la primavera, ya que el camino que lleva hasta él está rodeado de cerezos que durante la floración llenan de color el bosque.
Llegamos hasta Ssanggyesa en coche, procedentes de Suncheon. Hay muy pocos visitantes y no hay problema para aparcar en la misma puerta del templo. Lo primero que encontramos a la entrada es una gran tortuga soportando una estela grabada. Más adelante vamos descubriendo los pabellones y coloridas salas de oración. El templo es muy tranquilo y está situado en un bonito entorno rodeado de bosque. Imperan los colores verdes y rojos en toda la decoración de los pabellones.
Al final del recorrido que hacemos por el templo descubrimos una gran piedra con un buda y dos bodhisattvas grabados. Más allá solo queda el bosque y los senderos que recorren estas montañas.
Algo menos de una hora nos ha llevado recorrer todo el complejo budista. Volvemos al coche y nos dirigimos hacia Jinju donde nos espera el festival de los faroles del río Nam, una de las fiestas más originales que hemos visto en nuestros viajes, pero eso lo contamos en otra entrada.