Templo Bulguksa de Gyeongju, una visita imprescindible

Uno de los principales atractivos de un viaje por Corea del Sur es visitar sus hermosos templos budistas en las montañas. Siete de ellos han sido declarados Patrimonio de la Humanidad en un conjunto denominado «Sansa». El templo Bulguksa, aunque no pertenece a esos «Sansa» o «templos de montaña», también fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1995 por su alto valor histórico y cultural.

Como todos los templos de Corea del sur, Bulguksa ha sufrido numerosas destrucciones y restauraciones a lo largo de su historia. Su origen se remonta al siglo VIII, cuando la dinastía silla gobernaba estas tierras. Las guerras, incendios e invasiones japonesas han pasado factura al templo, pero no le ha restado ni un ápice de belleza.

Bulguksa está situado a 18 kilómetros de Gyeongju, por lo que es una visita imprescindible si pasas al menos un día en la ciudad.

Plaza principal de Bulguksa

Escaleras de acceso al templo Bulguksa

Monje orando en el templo

Nuestra visita al templo Bulguksa (불국사)

Este templo es uno de los más conocidos del país, por lo que decidimos llegar temprano, antes de que lo invadan los grupos de turistas. Con nuestro coche de alquiler llegamos al parking situado al lado de una de las puertas principales de acceso cuando no hay apenas coches.

Para llegar a la plaza principal de templo de Bulguksa hay que traspasar las tres puertas que siempre encontramos en los templos budistas coreanos. Nos llama la atención que en la segunda puerta hay pinturas de los cuatro guardianes del templo, en lugar de las habituales figuras enormes y de vivos colores.

Tras atravesar la tercera puerta llegamos a uno de los lugares más espectaculares de Bulguksa. Una fantástica y enorme fachada de piedra con escaleras a ambos lados que llevan al patio principal. En esta plaza podemos ver dos de los tesoros del templo, las pagodas Dabotap y Seokgatap. La pagoda Seokgatap tiene 13 siglos de antigüedad, consta de tres pisos y es muy sencilla. Por el contrario la pagoda Dabotap está decorada con diseños complejos típicos del arte Silla.

Empieza a haber mucha gente por todas partes, sobre todo grupos de escolares que corretean entre los pabellones. Es fin de semana y los coreanos salen en masa a visitar los lugares más importantes de Corea.

Recorremos con calma las salas de oración de Bulguksa, todas ellas magníficas y con una rica decoración. A las 10 en punto, muchos monjes comienzan las oraciones de la mañana. Los mantras budistas suenan en el templo con su rítmico e hipnotizante sonido. En la parte más alta del complejo acaba nuestro recorrido. En ese lugar están colocando cientos de farolillos de colores. No sabemos qué fiesta o celebración va a tener lugar en el templo, pero está claro que preparan algo importante.

Bulguksa es un templo muy grande, y nos ha llevado más de 2 horas recorrerlo con calma.

Datos prácticos para visitar el templo de Bulguksa

• Abre todo el año
• Horario de entrada
  • Entre semana 09:00-17:30 (se puede salir hasta 19:00)
  • Fines de semana y festivos 08:00-17:30 (salida antes de las 19:00)
• Dirección: Bulguk-ro 385, Gyeongju-si, Gyeongsangbuk-do (geolocalización)
• Hay aparcamiento a la entrada del templo y es muy fácil llegar en coche
• Cómo llegar en autobús (consulta en Rome2Rio)
• Cúanto se tarda en visitar el templo Bulgulsa: nosotros estuvimos 2 horas yendo despacio
• ¿Merece la pena ir a ver el templo de Bulguksa?: sin duda, creemos que es de lo más bonito que puedes ver en Gyeongju
• Si no dispones de coche y quieres ir organizado puedes hacer una excursión desde Busan a Gyeongju y el templo Bulguksa

Fachada de la parte central del templo

Plaza principal de Bulguksa

Uno de los pabellones de Bulguksa

Interior de un pabellón

Detalle de tejado

Gruta Seokguram

Muchos viajeros completan la visita a Bulguksa con la gruta Seokguram, famosa por albergar una gran figura de Buda. Ambos lugares están separados por pocos kilómetros, pero hemos leído comentarios decepcionantes de esta cueva ya que solo se ve el Buda de lejos y a través de un cristal. Asi pues, decidimos regresar a Gyeongju y dedicar nuestro tiempo a ver otros lugares de la ciudad.