Corea del Sur es un paraíso para los que les gusta el trekking. El otoño es el momento ideal para visitar los parques nacionales de Corea porque los árboles caducos llenan de color las laderas de las montañas. Nosotros llegamos en octubre al Parque Nacional del Monte Odaesan, y aunque todavía el color de los árboles no había alcanzado su plenitud, el parque comenzaba a ser un espectáculo. En un día en el parque nacional Odaesan, además de hacer parte del trekking Seonjaegil pudimos ver 2 templos que solo por el lugar que ocupan dentro del parque merecen una visita: el templo Woljeongsa y el templo Sangwonsa.
Te contamos todo a continuación.
Parque Nacional del monte Odaesan (오대산국립공원)
El parque nacional Odaesan está situado en el noreste del país, muy cerca de la costa y del parque nacional Seoraksan, otro de los parques imprescindible de Corea del Sur.
El bosque caducifolio que cubre parte del parque hace que sea uno de los más visitados por su belleza otoñal y por el sendero llamado Seonjaegil o Seonjae trail. Un trayecto fácil y bien marcado que une los dos templos situados en el parque.
Para llegar al parque Odaesan hay que ir por la autopista 50 o Yeongdong expressway (perfectamente indicado).
A la puerta del parque hay que pagar una entrada por persona y otra por coche, tanto si vas a caminar como si vas a ver los templos.
Templo Woljeongsa (월정사)
Nuestro día en el parque Odaesan empieza en el templo Woljeongsa. A la entrada hay un gran aparcamiento que está casi lleno. A pesar de no ser fin de semana y ser muy temprano, hay mucha gente visitando el templo y caminando por el bosque. A los coreanos les encanta salir a caminar. En cualquier sitio y a cualquier hora les vemos equipados con su ropa de montaña preparados para iniciar una caminata.
Entramos en Woljeongsa y vemos que está lleno de farolillos de colores, igual que ocurrió ayer en el templo de Haeinsa. Imaginamos que habrán estado de celebración, aunque desconocemos de qué tipo.
El templo es similar a otros que hemos visitado. Lo más destacable del complejo budista es una gran pagoda de 9 pisos que es considerada un tesoro en Corea. Frente a la pagoda hay un Bodhisattva haciendo ofrendas budistas y junto a ella dos linternas de piedra con una profusa decoración.
Pero, lo mejor de Woljeongsa está en el exterior. A pocos metros de la entrada del templo hay un sendero rodeado de abetos milenarios (Needle fir forest). Este bosque es uno de los pocos de este tipo que hay en Corea del Sur. La caminata es muy agradable y se puede hacer circular para volver al parking del templo Woljeongsa. Es lo que hicimos nosotros. Además de abetos hay arces que comienzan a cambiar su color verde por un intenso color rojo.
Trekking Seonjaegil
Abandonamos Woljeongsa, subimos al coche y nos encaminamos hacia nuestro siguiente destino, el templo de Sangwonsa. Pero según avanzamos por la carretera con el coche, el bosque está cada vez más espectacular con los colores del otoño. Decidimos dejar el coche en un pequeño aparcamiento a un lado de la carretera para andar por el sendero Seonjaegil, aunque sea durante unos pocos kilómetros.
El sendero Seonjaegil une los 9 kilómetros que distan entre los templos Woljeongsa y Sangwonsa. La caminata se puede hacer solo en un sentido y luego regresar al punto de partida en unos autobuses que recorren la carretera entre ambos templos. En ese caso, lo más fácil es aparcar en Woljeongsa, tomar el autobús que sube hasta Sangwonsa y asi hacer todo el trekking de bajada.
El camino está muy bien marcado en todo momento y es muy fácil. Va cruzando de una orilla a otra a través de varios puentes y solo unos pocos metros se hacen por la carretera.
Nosotros no podemos hacer el sendero completo, solo recorremos unos 3 kilómetros. El camino sigue el curso del río y todo está cubierto por bosque de árboles de hoja caduca que ya empiezan a cambiar de color. Nos encontramos muchos coreanos perfectamente equipados para caminar y grupos de colegiales que siguen a sus profesores, pero ningún turista occidental. Nos quedamos con ganas de hacer la caminata completa porque la belleza del bosque nos deja sorprendidos. Pero no disponemos de más tiempo, por lo que volvemos al coche para continuar hasta el templo de Sangwonsa.
Templo Sangwonsa (상원사)
Ya hemos visto muchos templos coreanos y Sangwonsa no nos parece especialmente bonito. Los pabellones son similares a otros templos y están muy restaurados. Aunque el templo fue fundado en el año 643, fue destruido casi por completo en un incendio en 1946.
Lo que sí es impresionante es el lugar en el que está situado Sangwonsa, en la ladera de una montaña, con unas vistas fabulosas de los alrededores. Todas las montañas de alrededor están cubiertas de árboles que empiezan a cambiar de color. Rojos, amarillos y naranjas cubren todo lo que alcanza nuestra vista.
Sin duda ha sido una fantástica idea incluir el parque nacional Odaesan en nuestro recorrido por Corea del Sur.