Nuestro viaje en coche por Corea del sur continúa. Abandonamos la aldea tradicional de Jeonju para proseguir por la zona oeste de Corea del Sur. Hoy tenemos todavía muchas sorpresas por delante. Una de ellas es el templo de Unjusa y sus estatuas de Buda dispersas por la montaña. Y para completar este día de nuestra ruta en coche por Corea, acabamos en los campos de té verde de Daehan Dawon en Boseong, uno de los mejores lugares que ver en Corea.
De Jeonju a Unjusa
La carretera entre la ciudad de Jeonju y Unjusa pasa por algunas grandes poblaciones desprovistas de encanto. Sin embargo, una vez abandonamos estas moles de rascacielos apiñados, podemos disfrutar de un magnífico paisaje. Colinas siempre verdes debido a espesos bosques y decenas de pequeñas tumbas semiesféricas cubiertas de vegetación salpican el paisaje.
Aunque la lluvia es tan intensa que en ocasiones no nos deja apenas ver el exterior, disfrutamos cada minuto del camino que nos lleva hasta el templo de Unjusa.
Templo Unjusa
Este templo conocido como “el templo de los mil budas y mil pagodas” no recibe apenas visitantes extranjeros. Es poco habitual incluir el oeste del país en las rutas por Corea del Sur. Nosotros queríamos hacer una ruta circular y así tuvimos la gran suerte de conocer este lugar tan especial.
Al llegar al templo solo encontramos un coche en el aparcamiento, suponemos que del trabajador que vende los tickets. No es de extrañar con lo que está cayendo que seamos los únicos visitantes del lugar.
Pertrechados con los paraguas recorremos el camino que lleva hasta los budas y las pagodas que aún quedan en pie. El sendero discurre por un pequeño valle. Empezamos a ver a ambos lados estatuas de buda labradas en losas de piedra de distintos tamaños. Algunas losas están apoyadas en las paredes de las colinas y otras siguen erguidas, imaginamos que en el lugar en el que fueron colocadas.
Vamos a recorrer Unjusa al completo,. Para ello subimos primero por una de las laderas, a nuestra derecha y luego continuaremos por la otra. A lo largo del camino encontramos budas de todos los tamaños, algunos muy curiosos como dos figuras dándose la espalda dentro de una especie de templo de piedra techado. Pero no solo encontramos budas de piedra, sino también pagodas de todos los estilos imaginables.
Antes de iniciar el ascenso por la ladera de nuestra izquierda llegamos a una zona con varios pabellones, similares a los que hemos visto en el templo de Magoksa el día anterior. Edificaciones de madera, con imágenes budistas pintadas en sus paredes y el típico tejado a cuatro aguas con tejas oscuras. Es un placer pasear entre los pabellones observando las solitarias salas de oración.
Según la leyenda, Unjusa albergaba al principio 1000 Budas y 1000 pagodas, así que imaginamos que este lugar debía de ser espectacular en la época que fue construido (desconocida por cierto). Incluso hoy en día, ver las 94 estatuas de piedra y las 21 pagodas que quedan dispersas por las colinas es una experiencia fascinante.
Nos dirigimos a la colina que queda a nuestra izquierda en busca de una de las estatuas más conocidas de Unjusa, los budas tumbados. Tras una fácil subida de unos 10 minutos, y tras pasar por varias figuras de buda ocultas bajo losas de piedra, llegamos a las grandes figuras de buda tumbados. Sin duda, son las imágenes más originales de todo el conjunto. Merece la pena el pequeño esfuerzo de subir hasta ellas.
Bajamos hacia el sendero que lleva a la puerta de entrada. Hemos disfrutado mucho de la visita de este templo tan particular, de sus estatuas escondidas y sus pagodas de piedra dispersas por las montañas. Además, cuando volvemos al parking, nuestro coche sigue siendo el único aparcado. Hemos tenido la gran suerte de tener Unjusa para nosotros dos solos.
- Abierto de 8 a 18h
- De pago: 3000 W
Campos de té verde Daehan Dawon en Boseong
Apenas 50 kilómetros separan Unjusa de la plantación de té verde que vamos a visitar hoy. Ya vimos los campos de té O’sulloc en la isla de Jeju, pero ni de lejos son comparables en belleza a Daehan Dawon. Sin duda, esta plantación de té es uno de los mejores lugares que ver en Corea del Sur.
Lo que nos sorprende antes de llegar a nuestro destino es el paisaje circundante, siempre verde y con grandes árboles que cubren cada centímetro de las montañas. La pena es que el tiempo no acompaña y el cielo está tan cubierto que parece ya de noche cuando llegamos a pesar de ser las 4 de la tarde.
Dejamos el coche en el parking gratuito que hay a la entrada de la plantación. Y tras pagar la entrada nos dirigimos a los campos de té. El camino está bordeado de enormes cedros hasta llegar a la colina donde se cultiva el té verde. Las plantas están alineadas formando hileras perfectas y se elevan hasta la cima de la colina. Recorremos durante más de una hora los caminos marcados que bordean la plantación. A pesar de que el tiempo no acompaña, la vista de los campos de intenso color verde es espectacular.
Volvemos al parking por otro camino diferente. Así descubrimos 2 pequeños bosques, uno de ellos de arces. Aunque el otoño ya está llegando a Corea, estos árboles aún no han cambiado el color de sus hojas del verde a los intensos naranjas y rojos que son habituales en esta especie. Al final del sendero encontramos otro bosque, esta vez de bambú. Las enormes cañas se elevan hacia el cielo, meciéndose con el viento.
De nuevo, hemos tenido la suerte de disfrutar casi en solitario de los bosques de cedros, arces, bambú y de los verdes campos de té. Ya es de noche cuando volvemos al coche, y nos dirigimos hacia Suncheon para pasar la noche.
- Abren de 9:00 a 18:00
- Visita de pago: 4000 W
- Tiempo de visita 1.5 hora.