El monte Koya (Koyasan) es una montaña cubierta de vegetación, en cuya cima nos topamos con un pequeño pueblo, epicentro del budismo japones en un país de mayoría sintoísta. Pero si no eres budista ¿hay algo que ver en Koyasan?…muchísimo. Para el viajero, Koyasan lo tiene todo. El aislamiento relativo de este monte ofrece una atmósfera de recogimiento como pocos lugares de Japón. Los alojamientos, generalmente templos budistas acondicionados, permiten experimentar las ceremonias budistas matutinas con sus mantras. Visitar los fantásticos templos y pasear con la luz tenue del atardecer por entre los miles de tumbas labradas de piedra, que durante siglos han ido aglutinándose en el cementerio del Monte Koya. Una experiencia mística e irrepetible, que convierte a Koyasan en un destino imprescindible en un viaje a Japón.
El único motivo por el que muchos viajeros prescinden de acercarse a Koyasan, es porque el acceso es relativamente complejo dado que requiere tomar tren, teleférico y autobús. En otra entrada del blog te decimos cómo ir a Koyasan por libre, por lo que ya no tienes excusa para visitar uno de nuestros lugares favoritos de Japón.
Qué hacer en Koyasan en 1 o 2 día
El pequeño pueblo de Koya, en sus más de 1200 años de existencia, siempre ha tenido gran importancia religiosa y fruto de ello ha llegado a aglutinar más de 100 templos y monumentos. A pesar de estas cifras, el pueblo es pequeño y fácil de recorrer a pie o con autobús que es gratis si has comprado el Koyasan World Heritage. Por ello podrás visitar los principales lugares de Koyasan en un día, si bien es recomendable pernoctar en alguno de los templos budistas que ofrecen habitaciones tipo ryokan.
Los principales puntos de interés de Koyasan son:
1.- Puerta Daimon
Ubicada en el extremo occidental del pueblo, el Daimon es la principal puerta de Koyasan. Construida en el año 1705 y con una altura de 21.4 metros, esta puerta alberga en sus laterales dos enormes estatuas de los guardianes de Koyasan, que datan del periodo Edo.
Nuestra valoración de la puerta Daimon: ★★★★✰
2.- Complejo Danjo Garan-en o Garan
En este lugar, en el año 816 dC Kobo Daishi estableció el primer edificio budista de Koyasan. A lo largo de los años el complejo ha ido creciendo hasta la veintena de templos que tiene en la actualidad. Entre esos edificios destacan el pabellón principal (llamado Kondo), el «templo de retratos» (denominado Miedo) a cuyo interior no pudimos acceder por encontrarse cerrado y una gran pagoda denominada Kompon Daito, de talla cuadrangular, un solo nivel y un brillante color bermellón que le hace destacar y rápidamente robar las miradas de cuantos acceden al Danjo Garan.
Cuando paseas por entre los edificios del Garan, el ambiente es tranquilo, relajado, reflexivo e introspectivo. Los altos pinos del lugar parecen proteger el complejo religioso, mientras que las hojas de los arces aportan el colorido que varía según la época del año.
La visita es inexcusable y no lo dijo yo solo, lo corrobora el hecho de que el Danja Garan-en sea patrimonio de la humanidad.
Nuestra valoración del Danjo Garan: ★★★★★
3.- Templo Kongobuji o Templo de la Montaña del Diamante
Se trata del templo más importante de Koyasan y también patrimonio de la humanidad. Construido en el año 1593 dC fue reconstruido en el año 1861.
Cuando recorres el interior de Kongobuji, con sus habitaciones y espacios diáfanos, no pasan desapercibidas las puertas correderas con pantallas de papel finamente pintadas y las pinturas que adornan las salas, aportando una nota artística a la sobriedad de un templo en el que se respira una atmósfera de recogimiento.
En el exterior del Kongobuji nos esperan dos jardines. Uno el «jardín natural» con plantas, flores y árboles autóctonos de Japón. El otro es el «jardín de piedra» llamado Banryutei, sin duda más imponente y cautivador a pesar de su reciente construcción (año 1984).
El Banryutei, ocupa una extensión de 2340m2 lo que le otorga el título de ser el jardín de piedra más grande de Japón. En este tipo de jardines japoneses, nada se deja al azar. Cada piedra está colocada por algo y representando algo. En el caso del jardín del Kongobuji vemos un manto de arena blanca de la que sobresalen 140 piedras de granito de distinto tamaño que representan dos dragones protectores de Koyasan volando entre nubes.
Nuestra valoración del Kongobuji: ★★★★★
Imprescindible tanto por el templo como por el jardín de piedra.
4.- Okunoin, cementerio de Koyasan
El cementerio de Koyasan (Okunoin) es el cementerio más grande del mundo y es que hay más de 200.000 tumbas. Si has oído bien, 200.000 tumbas que se han ido construyendo en los últimos 1200 años, desde que en el siglo IX Kukai, posteriormente llamado Kobo Daishi (fundador de la secta budista japonesa shingon), falleciera y pasara a descansar en el Okunoin.
Visitar un cementerio, a priori puede parecer algo morboso o incluso terrorífico si como nosotros lo recorres a última hora de la tarde. Pero lo que encontramos es un lugar relajante, místico y que invita a la refrexión.
Recorrimos el cementerio siguiendo el camino empedrado principal que tiene una longitud de unos 2 kilómetros. El cementerio, repleto de enormes cedros milenarios que dificultan la entrada de la luz del sol, es un lugar frío, húmedo y oscuro. El musgo invade gran parte de los monumentos funerarios, tanto modernos como antiguos. Cientos de linternas japonesas salpican este lugar patrimonio de la humanidad. Pequeñas figuras de Buda vestidas con gorros y baberos rojos dan la nota de color al cementerio. Estas figuras son ofrendas realizadas por las madres para la protección de sus hijos.
Al final del cementerio hay varios edificios destinados a la meditación, pero destacan el Toro-do o pabellón de las lámparas y el Okunoin o «templo del fondo» en el que descansa eternamente Kobo Daishi.
Tanto nos gustó el cementerio de Koyasan que lo visitamos dos veces, al atardecer y por la mañana, siendo la iluminación mucho mejor al atardecer.
Nuestra valoración del cementerio Okunoin: ★★★★★
Imprescindible y maravilloso sobre todo al atardecer
5.- Nyonindo o Templo de las mujeres
Se trata de un pequeño templo que no nos dejó impacto alguno. Apartado del centro de Koyasan, es denominado Templo de las mujeres y es que éstas no podían acceder a Koyasan hasta el siglo XIX. Solo podía llegar hasta la puerta principal, el Daimon, y desde allí recorrer el «sendero de las mujeres» que todavía hoy existe y que pasa por el Nyonindo.
Nuestra valoración del Nyonindo: ★★✰✰✰
6.- Mausoleo Tokugawa
El mausoleo está a las afueras de Koyasan, aunque todo está cerca. Construido en 1642 dC es un pequeño pero muy elaborado mausoleo. El problema es que hay que verlo desde la puerta, ya que está vallado y rara vez se puede acceder.
Nuestra valoración del Nyonindo: ★★★✰✰
7.- Las ceremonias matinales de los monjes
Aunque como tal no es una atracción turística, asistir a los oficios matinales en un monasterio budista siempre me ha parecido sobrecogedor. Cierto que en Koyasan, el hecho de estar rodeados de turistas le hacen perder la sensación misticismo, recogimiento y religiosidad extrema que hemos vivido en otras pujas tibetanas de Ladakh, Tibet o Nepal donde hay decenas de monjes absortos en sus mantras, canciones e instrumentos. No obstante, si nunca has estado en una de estas ceremonias, seguro que las de Koyasan te gustarán.
El único problema, es que solo puedes acceder si estás alojado en el templo. Te dejamos nuestra recomendación para que te alojes en un templo de más de 1000 años de antigüedad.
sumamente interesante